19 febrero 2006

Combinar alimentos: FIN

PROTEÍNAS DIFERENTES

                La unión de diferentes alimentos ricos en proteínas en la misma comida dificulta una buena digestión. Si en la misma comida introducimos: carne y queso, frutos secos y carne o pescado, huevos y pescado, huevos y leche, carne y pescado, queso y frutos secos,... etc ., aseguramos una mala digestión.

               Al mezclar las proteínas sobrepasamos además con facilidad la necesidad en este elemento del organismo. El exceso de proteínas es perjudicial para el organismo, puede favorecer la obstrucción de los vasos sanguíneos y da lugar a sustancias muy tóxicas: urea, ácido úrico, etc...

 

Otra COMBINACIÓN importante a tener en cuenta es la de no mezclar FRUTA ÁCIDA CON FRUTA MUY DULCE en la misma comida. De lo contrario provocamos una fermentación y mala digestión ya que necesitan una digestión diferente. Por ejemplo higos secos con naranjas.

El MELÓN Y LA SANDÍA son alimentos que necesitan escasa digestión en el estómago y cuando los comemos solos pasan en pocos minutos al intestino. Cuando los ingerimos con otros alimentos son retenidos en el estómago, donde fermentan y dan gases. Cuando comemos melón con jamón, nos sienta mal el jamón y la mezcla, no el melón.

 

NO COMER POSTRES

      Los postres se comen siempre después de las comidas, una vez que se ha comido hasta la saciedad, muy frecuentemente más de lo que uno realmente necesita. Los postres, que consisten normalmente en pasteles, tartas, natillas, helados, frutas dulces, etc., fermentan, forman gases y nos trastornan el estómago. Es mejor comerlos solos, a media tarde, con una infusión suave, por ejemplo..

 

Quiero poner aquí muy claro que el tema de las combinaciones alimenticias aun siendo un punto importante, se sitúa por detrás de otras recomendaciones alimenticias. Antes de conocer y practicar, al menos un poco de lo visto en este apartado, recomendamos hacer una comida sencilla, elegir alimentos vivos (frutas y verduras), comer despacio y en tranquilidad, sentarnos a la mesa olvidando las preocupaciones de la vida diaria, iniciar la comida con alimentos crudos, comer de la forma más consciente posible, elegir alimentos de buena calidad, eliminar los alimentos perjudiciales para la salud, descansar lo más posible después de comer, masticar y ensalivar bien los alimentos, no comer sin hambre, no comer en exceso levantándonos ligeros de la mesa,.., todas estas recomendaciones son más importantes que el hecho de respetar las compatibilidades.

              

 Para aquellos que se inician en una alimentación sana es suficiente en un principio hacer una comida lo más sencilla posible, sin muchas mezclas de alimentos, eligiendo un alimento concentrado por vez y si elegimos dos diferentes, uno de ellos en poca cantidad. Recordando siempre que es mejor comer dos platos que siete platos, el postre, la copa y el puro. Esto último es garantía de mala digestión, y de mala salud.          

Debemos coger el tiempo suficiente para conocer y probar poco a poco las compatibilidades más importantes, sin prisas y sin exigirnos demasiado. El mismo cuerpo nos indicará la buena o mala asociación o combinación de alimentos. Cuando hacemos muchas mezclas y mal combinadas sufriremos con más frecuencia trastornos digestivos, gases intestinales, pesadez digestiva, etc...Es otra manera de aprender,...por exclusión.

 

Si queremos aprender todo de repente podemos correr el peligro de no entender nada y nos sentiremos mal por no llevar bien las combinaciones. Podemos, en un principio, intentar hacer una comida sencilla, en la que haya alimentos fáciles de digerir. Elegimos sólo un alimento concentrado en cada comida o como mucho dos,  y uno de ellos en muy poca cantidad: pan, patatas, arroz y otros cereales, frutos secos, derivados de la leche (yogur, cuajada, queso fresco, requesón), huevos, legumbres,... La comida debe ser algo «ágil» y agradable, aunque en un principio nos cueste un poquito el cambio. No necesitamos sentirnos mal ni culpabilizarnos por no llevarlo mejor. Poco a poco recorremos el camino y «aprenderemos» no sólo lo que nos va bien, sino también algo tan importante como eso, la actitud ante la mesa. La mesa es un lugar de encuentro, un momento para compartir y agradecer; no de tragar y rellenar el “hueco” del estómago.

              

Cualquier cambio positivo, por pequeño que éste sea, será un paso de gran valor en camino de la salud y de la armonía. Mira donde te encuentras y recorre el camino sin mirar lo que te falta, ponte a caminar y no busques una disculpa para no hacerlo. Nunca te sientas culpable de no hacerlo perfecto, la perfección ideal no existe en nuestro planeta, está bien si haces lo mejor que puedes y sin engañarteQuien quiere cambiar busca los medios, quien no lo quiere busca una disculpa», dice el proverbio. No olvides que una mezcla excesiva de alimentos es mucho peor cuando comemos en exceso.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Deja tu comentario aqui y te responderé lo mas rápido que pueda.